LIKES 2019

El proyecto Puxagallery cumple tres años planteando un encuentro multidisciplinar con artistas propios e invitados. Bajo el título “Likes 2019” reunimos un conjunto de dibujos, pinturas, esculturas y fotografías de once artistas procedentes de España, Cuba y Portugal cuyas miradas tienen en común sus calidades plásticas y su capacidad experimental, ofreciendo distintos paseos visuales para sugerir un diálogo generacional que alterna los universos básicamente emotivos con otros habitados por la figuración, la memoria histórica, la reivindicación femenina, la conservación de la naturaleza o el paso del tiempo. Son composiciones que hablan del hábitat íntimo de cada firma, más allá del dogma o el pretexto formal. Imágenes extraídas de un horizonte, una arquitectura o un instante, en la estela de la tradición, el cuerpo o el rincón urbano; crónicas de una época o humildes ecos personales; construcciones elaboradas entre la realidad mágica y la ficción; situaciones inusuales, tensiones, dramas, evocaciones, escenarios románticos y paisajes sublimes capaces de hacer bailar las sombras que reproducen la experiencia de estar vivos y desechan la idea de lo banal porque, si algo define lo contemporáneo, es su constante mutación. En una sociedad donde todo se tambalea y las fronteras se reorganizan una y otra vez, estos once artistas proponen otros territorios habitables, aptos para el paseo o la contemplación pausada.

La sala 1 exhibe la pintura de Luis Fega (Piantón, 1952), la escultura de Mar Solís (Madrid, 1967) y la fotografía de Manuel Vilariño (La Coruña, 1952), donde la fuerza expresiva y la energía gestual toman partido indistintamente, en dos y tres dimensiones, estableciendo sutiles conexiones del trazo negro del artista asturiano hacia los volúmenes orgánicos de la creadora madrileña, generando poéticas más o menos vírgenes y cosmovisiones íntimas que perforan nuestras zonas emotivas en pos de lo sublime, tal como hace también el veterano fotógrafo gallego en “Luz Norte” hablándonos de la vida y los sonidos del silencio.

La personalidad incontestable de cada artista es una piedra filosofal de esta galería y se patenta también en las pequeñas pero subyugantes pinturas de Santi Lara (Tomelloso, 1975) y Jonathan Notario (León, 1981). El artista manchego vive un periodo de renovada madurez tras su exitoso paso por la Academia de Roma, desvelando en tablas como “Start”, “Friend” o “Strong” su pureza compositiva, del mito a la realidad y el compromiso ético. Una idea de lo bien hecho que no renuncia al registro lúdico, como hace también el pintor leonés, que ha querido profundizar en una curiosa serie titulada “Realismo Mágico” donde reinterpreta la arquitectura, el movimiento urbano y otros elementos asociados a la ciudad con una generosa demostración de recursos.

En la sala 2 presentamos varias piezas inéditas, entre ellas, una gran instalación de Marta Beltrán (Granada, 1977), que en 2020 realizará su primera individual con Puxagallery. Compuesta por 8 dibujos sobre papel bajo el título genérico “Stories Apart: Excentric Circle”, parte del afán de relacionar argumentos narrativos, como los animales, los maniquíes y las muñecas, símbolos de una mujer representada en cuerpos artificiales pero vivos. Sus claros nexos con el cine o el relato se valen de referencias icónicas, como Brigitte Bardot o Nastassja Kinski, para subrayar la sexualización femenina en piezas que denuncian el terror y el miedo con escenas extraídas de películas de serie B de los años ochenta o googleados de imágenes actuales que llenan esta desgarradora serie escenográfica.

Muy al contrario, la pieza de metacrilato de Izaskum Escandón (Bilbao, 1973) evita cualquier sentido narrativo, mostrando una masa vertical de reminiscencias marinas cuya levedad matérica analiza los procesos mentales y los mecanismos inconscientes a partir de efectos ópticos y sensoriales. Esta escultura y su tributo minimal contrasta con la singularidad figurativa y onírica de Baltazar Torres (Figueira de Castelo Rodrigo, 1961) que en “Lucius with trophy” se nutre de estaño, resina y esmalte para dar una vuelta de tuerca a su ácida visión de ciertas actitudes humanas. La mirada siempre lúcida del artista portugués conecta con los planteamientos del cubano Guibert Rosales (La Habana, 1979) cuyo hermoso “Destino”, de mármol tallado y cuerda, propone una rotunda simbología, metáfora de la vida y la muerte, verdaderamente contundente. También las estructuras de madera+fotografía de Agustín Serisuelo (Betxi, Castellón, 1981), como la que titula «Soledad», y el dibujo digital sobre soporte fotográfico («El Viaje») de Cristina Ferrández (Alicante, 1974) salvaguardan esas teorías que desvelan la fragilidad del paisaje y la importancia de apreciar ciertas energías que, aún intangibles, constatan la importancia de respetar la esencia de las cosas.